Los chicos de San Nicolás fueron superiores durante todo el desarrollo, y si bien, cuando faltaban pocos minutos, los chicos locales se fueron con todo hacia el arco nicoleños, no estuvo en peligro de llegar al empate.

Con una defensa fuerte, un medio campo recuperados y con un despliegue notable, un armador más pensante que corredor y una delantera efectiva; además de contar con un banco de suplentes de nivel, los chicos campeones justificaron a lo largo de todo el torneo por qué se quedaron con la copa.

Para los bahienses quedó el recuerdo del buen desempeño realizado a lo largo de todo el torneo, con la satisfacción de haber jugado de menor a mayor, jugando hoy un partido de alto voltaje emotivo y que se definió sobre el final gracias a una corrida de Lastarria, que dejó sin chances al arquero local.

El equipo de San Nicolás se sumó ahora a Colón (Entre Ríos) y Salta a la lista de participantes del cuadrangular final, que se jugaría en el Predio de la AFA en Ezeiza a comienzos del próximo año.

Sin dudas son los dos mejores equipos del hexagonal, porque ganaron sus zonas, jugaron el mejor fútbol y mostraron en sus individualidades la cuota de diferencia.

Bahía Blanca se clasificó con el puntaje ideal, tres victorias en tres partidos jugados, una goleada incluida y un nivel de juego que fue de menor a mayor. San Nicolás, en cambio empezó con todo el certamen, goleando 5 a 0 a Bragado, y si bien luego mantuvo cierto nivel no logro dejar reflejado en el marcador esa superioridad evidenciada en el debut.

Sin embargo, y más allá de lo conseguido hasta el momento, esta tarde se juegan por todo o nada en el estadio del Club Olimpo. Es que sólo uno accederá a la Fase Final del torneo, donde ya están clasificados Colón (Entre Ríos) y Salta.

José Ramón Palacio hoy es “el papá de” antes que José Ramón… sencillamente porque se hijo Rodrigo fue figura de Banfield, y Boca Juniors y actualmente deleita con su fútbol a los hinchas el Genoa italiano.



Pero pese a que nadie le quita el mote de ser el papá de Rodrigo, José fue en otras épocas un gran delantero de Olimpo, el típico wing derecho que llegaba al fondo de la cancha y mandaba el centro al área, y según algunos dirigentes era “rapidísimo, hasta te diría que mejor que Rodrigo, pero jugó siempre en Bahía Blanca y en esa época eran pocos los que salían a otro fútbol”.

Pese a eso, luego de dejar el fútbol, el “gallego” Palacio siguió siempre ligado al fútbol, y no sólo por seguir la carrera de su hijo, sino porque se convirtió en entrenador de distintos equipos, sobre todo juveniles.

Así llegó la posibilidad de conducir al Sub-17 del seleccionado bahiense, un equipo que, según sus palabras, “se formó con poco tiempo previo y con pocos entrenamientos pudimos armar un platel de buen pie, que facilita mucho las cosas”.

En relación al desempeño de sus dirigidos, Palacio admite que “el debut no fue el que esperaba, si bien pudimos ganar, algo fundamental en torneo tan cortos como este, no me había dejado muy contento el desempeño del los chicos. Con Laprida, en cambio, pudimos desplegar lo que saben hacer, tocar la pelota contra el piso y llegan al área tocando. Gracias a Dios volvimos a ganar y nos aseguramos el lugar en la final”.

Si bien esta tarde los chicos de Bahía Blanca juegan por nada, para Palacio, “es la oportunidad de ver a otros chicos que no han jugado mucho y seguir afianzando al grupo”.

Con relación al torneo, José no tuvo más que elogiosas palabras: “Primero le agradezco personalmente a la dirigencia de la Liga del Sur por haber confiado en mí, y además, en nombre de los chicos, por la posibilidad de disputar en certamen de esta magnitud. La experiencia de jugar con chicos de otras ciudades, intercambiar conocimientos con otros entrenadores y comprobar el nivel de cada uno dentro de la cancha es lo más rescatable”.